ELUNEY CARREÑO BAUTISTA

ELUNEY CARREÑO BAUTISTA

sábado, 27 de junio de 2009

el rey leon











Heidi







mi princesa ojala y pueda papito tomar tus manitas y kantarlas kontigo mientras yo los obserbo y les ago sentir kuanto los amo
teamo chikita

deceo cantar contigo estas canciones mi nena





















sabes preciosa tu hermanita me ayudo a buskarlos y tambien los puso en su blog
te extraño muchito nena pero se k estas bien y k siempre lo estaras pues papito siempre nos kuidara muchito siempre te amo mi princesa

miércoles, 17 de junio de 2009

DIOS NOS AMA HIJA

lunes, 15 de junio de 2009

NUESTRA ADITA ELUNEY


ola princesita, te amamos muchito muchito y te esperamos aki con amor y con los brazitos abiertos, para jugar muchtio muchito y sabes te amamos muchitoooo

TE AMO HIJA


ola wewe, sabes mamita y yo nos amamos muchito muchito siiiiiii, y pues te digo de este amor tan hermoso nasiste tu en pansita siiiiiiii, y llegaras a nosotros para abrazarte cuidarte y protejerte muchito, sabes llegaras aki y conoceras personitas que estaremos a tu ladito siempre, te digo un secreto princesita, tienes una hermana mayor muy chida, en serio wewe cuando tes aki se que tus amiguitos te diran: olle que afortunada eres al tener una hermana tan chida, y es cierto es hermosa tu hermanita super epecial y ella te enseñara muchitas cositas porque te ama mucho, sabes queremos que crescas en medio de alegrias y sonrisas y en medio de muchito amor, y asi lo aremos porque te amamos muchito, TE AMAMOS WEWE.

t€ @m0 m€nz@

aki te esperamos presiosa



sabes bebe todabia estas en barriguita de mamita pero te digo, si si si, asi saldras de pansita, bien grande y fuerte, te digo porque, porque mamita te alimenta muchito con mucho amor y manita y yo y pekes y tia, toditos te damos muchito amor para que llegues aki fuertesisisisima, te amamos mucho princesita.aki te esperamos para jugar muchito siiii jejejejeje.

@d@z p@r@ m¡ €rm@n@



















@ng€l€z n¡m@l¡0z

t€ €zp€r@m0z

p@i@z¡0z ch¡d0z

domingo, 14 de junio de 2009


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es precioso y sabes siempre podras estar junto a ellos.

TE AMO HERMANITA

sábado, 13 de junio de 2009

seremos tu guia



hola wewe hermosa te digo si si si; siempre estaremos ahi para ser tus guias siempre mi wewe, con amor te esperamos muchos, pero manita, mamita y papito, estaremos siempre ahi para cuidarte y ser tu guia, por qeu te amamos mi wewe hermosa.
Gifs by Oriza "

Gifs, messages, love poems


a tu lado siempre

cucu canta la rana - te amo wewe

viernes, 12 de junio de 2009

El ojo que todo lo ve


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Entre las montañas, en lo profundo de un valle
alejado e inaccesible a la raza humana, vivía una familia
ciclópea. Confinados a un lugar en el cual su
propia estirpe no podría hacerles mella, trataban de llevar
una vida apacible como pastores de ganado. Tenían más de
doscientas ovejas que les proporcionaban el abrigo y
alimento necesario para su subsistencia y una cosecha de
varios vegetales que, para su beneplácito, cada año se
levantaba con mayor prosperidad. Lurko, cabeza de familia,
madrugaba cada día para salir a pastorear sus ovejas al
alba y, en los días cortos de invierno, el ocaso le marcaba la
vuelta. Siempre que llegaba a casa, le recibía un espléndido
y jugoso estofado que su esposa Mergan le preparaba
amorosamente. Mientras, su hijo Mekl, ayudaba en el
cultivo, en la cosecha y en lo cotidiano junto a su madre.
Era un cíclope joven, insistente, curioso por naturaleza, y
siempre acometía a su padre cuando cruzaba la puerta y
dejaba el morral en la entrada con preguntas acerca de su
pasado y de la historia de su raza. No obstante, esta ansia
de conocimiento no hubiese, tal vez, florecido de no haber
sido por desobediencia de su amado hijo que,
aprovechando el descuido de sus padres, decidió subir a uno
de los riscos montañosos que limitaban el valle para
observar el mundo exterior. Cómo cíclope, pudo ver más allá
de a lo que un humano le alcanza la vista. Vio ciudades llenas
de seres que no debían tener más de la mitad de su tamaño.
Observó con atención el resto de cosas que la urbe le
mostraba, pero su mirada se fijaba siempre en los seres
con dos ojos y se preguntaba el porqué su padre le ocultaba
- Pero papá... yo ya veo más allá... – dijo Mekl algo
indignado.
- Lo sé hijo, pero tu visión se limita al espacio físico,
aún no has madurado lo suficiente... – dijo
palmeándole el hombro.
- Pero entonces... ¿somos diferentes? – insistió Mekl.
- Como te decía hijo, la diferencia no es un rasgo, es
una determinación social... – carraspeó poniéndose
en situación para explicarle con la máxima sencillez
aquello que quería expresar – veras... cuando
llegamos a este planeta, era un vasto vergel por
explotar y descubrir. Con los milenios, pasamos de
ser etéreos a adquirir la forma física que nos
permitiera vivir más acertadamente en este lugar.
Muchos de nosotros se envilecieron y nuestra
civilización estalló y quedó extinta. Sólo unos
cientos sobrevivimos y pasamos a ser pasto de
leyendas, de una mitología que nos mostraba como
seres crueles, irracionales y sedientos de sangre.
Hijos de dioses nos consideraban a algunos,
terribles y poderosos, implacables con la raza
humana. Esas historias nos obligaron a escondernos.
Antes de que nacieras, todos vivíamos en armonía;
ahora, nos vemos limitados a pequeños paraísos que
conforman nuestro hogar en cimas inalcanzables de
abruptos accesos. Pronto, nada será inaccesible al
hombre y crearán máquinas que les traigan aquí sin
dificultad. Entonces, tendremos que mostrarnos de
nuevo. ¿Qué si somos diferentes? Nuestra
estructura física es similar, a imagen del Creador,
pero somos más altos, más fuertes, más sabios y
tenemos un solo ojo a diferencia del par que ellos
ostentan. Aunque parezcamos monstruos, latimos
con un mismo corazón, sentimos y amamos, lloramos
y reímos. Incluso por el color de nuestra piel
seríamos tachados de diferentes, nuestro tono gris
verdoso no es muy común entre ellos. Hijo mío, la
irracionalidad y el deseo de marcar diferencias
entre unos y otros ha hecho que el hombre masacre
incluso a su propia raza, por sus ideas, por su piel,
por su simple nacer...
- ¿Por qué no se lo decimos? Podríamos ayudarles a
entender... – dijo con su infinita inocencia Mekl.
- Hijo mío, nos atravesarían con sus proyectiles antes
incluso de que pudiéramos abrir la boca... el miedo
les oprime y su instinto de supervivencia les insta a
matar y destruir para aplacar su sensación de no
control. Nos verían como el reflejo de sus viejos
libros de mitología y atenderían a lo que otros,
ignorantes de su pasado, imaginaron para
aterrorizarles y mantenerles a raya, temerosos de
sus dioses y la ira que de ellos despertara. – Ambos
callaron entonces, Mergan sirvió la cena y comieron.
Mekl apenas probó bocado, su curiosidad satisfecha
no le había dado lo que él esperaba.
Mekl siguió insistiendo cada día para que su padre
siguiera contándole cosas de ese otro mundo y de su propia
historia, pues tenía la certeza que la maldad e injusticia que
reinaba allá fuera podía ser redimida. Tenía un
presentimiento que su padre sabía era el brote de su
despertar como cíclope visionario. Vería incluso más allá que
sus progenitores, Lurko lo sabía, hasta ahí alcanzaba su
intuición, bien definida por su magnífico ojo. Le concedía un
voto de confianza y hablaba con su Creador para que Mekl
no se equivocara a este respecto. El Creador le serenó con
palabras de aliento y le avisó de un cambio cercano. Lurko,
tocado por la gracia, entonces lo vio claro; por un instante,
todo se mostró diáfano ante él. Su Creador sonrió y él
apagó la luz de la vela. Sumido en la oscuridad, suspiró y dio
las buenas noches a Mergan con un beso sobre su ojo
cerrado. Mañana, Mekl le esperaría otra vez, cuando él
volviese con sus ovejas. Entonces, le contaría de nuevo
parte de la historia del universo y de esta tierra que ahora
habitaban. Cuando su hijo alcanzara la madurez plena, sabía
que ya no serían necesarias más preguntas, su hijo tendría
todas las respuestas

jueves, 11 de junio de 2009

risitos de oro

Había una vez una linda familia de osos.
Estaban el papá, don oso, doña Osa la mamá, y el hijo el pequeño Osito.
-----Todos juntitos vivian en una pequeña casita en medio del bosque.
Don Oso tenia una voz bien grusa; y doña Osa la tenia suave, y el osito muy aguda como todos los niños.

¡Vengan a tomar la leche del desayuno! llamó con voz dulce la mamá Osa.
Habia tre sillas y sobre la mesa doña Osa habia colocado tres platitos con tres panecillos recien sacados del horno, y aun estaban calentitos y tres tazas de leche humeante

----Nos vamos a quemar--dijo don Oso, con su vozarrón;

--- demos primero un paseo por el bosque mientras se enfría la leche.
---Vamos, mamá; acompañemos a papá a hacer el paseo
Y salieron los tres muy alegres.




En eso pasó una niñita que tenia un hermoso cabello con rulitos y muy rubia,
por eso le llamaban Ricitos de Oro.
----La niña al ver una casa tan bonita, se acercó
y llamó a la puerta, como nadie contestó,
abrió con cuidado y entró a la casa.

En el comedor vio las tres tazas,
y junto a cada una los riquisimos panecillos calentitos.

---Ricitos de oro que tenia mucha hambre,
tomó la taza y probó:
¡Humm! ¡Que caliente está!---exclamó, la dejo sin poder probarla.

Luego tomó la taza chica que ya estaba mas fria y con agrado la bebió toda.
¡Oh, que rica está!-- dijo
Luego Ricitos de oros viendo las tres sillas y las probó todas desde la mas grande hasta la mas pequeña.



Como era muy curiosa, Risitos de Oro, entró en el dormitorio.

Habia tres camas.

Probó la cama grande y le pareció muy dura, luego la mediana y tampoco le gustó:
es demasiado blanda,
Y por último se sentó en la mas pequeña y alli se quedó dormida.
---Poco despues llegó la familia y fueron directo al comedor a tomar el desayuno.
-------¿Quien habrá probado mi leche?
---exclamó don Oso con su voz tan gruesa.
----Alguien ha probado tambien la mia
---dijo doña Osa con su voz tan suave.
¡Ay, mamá, la mía se la tomó toda!---dijo casi llorando Osito con su vocecita aguda.
Luego don Oso dice, un intruso se ha sentado
en mi silla, y asi cada uno se dieron cuenta que alguien habia estado en la casa.



Pasaron al dormitorio y cual no seria la sorpresa que el Osito curioso dijo alarmado.
--¡En mi cama hay alguien acostado!
---Ricitos de oro despertó, entonces al ver a los tres osos se asustó muchísimo y saltando de la cama y quiso salir corriendo hacia el bosque,
pero osito que era buen corredor, la alcanzó rapidamente y la tranquilizó diciendole que no pensaban hacerle nada malo.
---La invitaron con mucho cariño a pasar el día con ellos, y así se hicieron amigos,
Ricitos de Oro y la familia de don Oso.

VIVIREMOS POR ELLA

domingo, 7 de junio de 2009


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Corazonada era una ciudad muy pequeña habitada sólo por ratones, todos bigotudos y orejones. El nombre de la ciudad se debía a que, si bien en apariencia todos los ratones eran igualitos, se distinguían por su corazón.
Los había con corazones grandes, otros pequeños, algunos más enamoradizos, otros un poco más duros y algunos más blandos.
Corazón de Piedra era un ratón de mediana edad al que todos llamaban así porque realmente daba la impresión de tener una roca en lugar de corazón. No era que fuese malo, sino que parecía siempre enojado y tenía muy pocos amigos. Todos decían que, con el tiempo, su corazón se había endurecido y era cierto.
Corazón de Piedra no siempre había sido así. Cuando era un pequeño tenía el corazón blandito, tierno y de color rosa. Era un ratoncito como todos, excepto por un problema: no sabía perdonar.
Cuando tenía apenas un añito, un amiguito –sin maldad alguna y sólo por hacer una travesura- le escondió su chupete preferido que tenía sabor a queso Roquefort y era de color azul. Nuestro ratoncito lloró mucho al no encontrar el chupete, tanto que hubo que sacar el agua de su cuevita con veinte baldecitos.
Como su amiguito vio que la cosa se estaba complicando, fue en búsqueda del chupete de Roquefort y se lo devolvió.
–¡Pensé que lo había perdido! ¡Sos un tonto! Gritó Corazón de Piedra enfurecido, mientras chupaba el chupete y se secaba las lágrimas.
–Perdón amigo, no pensé que te pondrías tan mal, sólo quise hacer una broma. Se justificó Corazón de Chocolate (así le decían porque era un ratón de color marrón oscuro).
– ¡Qué perdón, ni perdón! Ya no soy más tu amigo y no te voy a perdonar jamás. Volvió a gritar el ratoncito que seguía muy enojado.
Corazón de Chocolate se fue muy triste, pues realmente no había querido dañar a su amigo. Pensó que, con el tiempo, el enojo pasaría pero no fue así. Corazón de Piedra jamás volvió a dirigirle la palabra.
Cuando empezó el colegio, un compañerito un poco atolondrado tropezó con nuestro ratoncito, quien con el golpe dejo caer los útiles al piso. La cartuchera con aspecto de quesera que Corazón de Piedra tanto amaba, quedó aplastada y muy sucia. Inútil fue tratar de hacerle entender que había sido un accidente y que nadie había querido dañarlo a él o a su amada cartuchera.
Como una vez más, nuestro ratón no quiso perdonar a su compañero, perdió así otro amigo más y fueron muchos los que quedaron en el camino.
El tiempo fue pasando y parecía que con cada perdón no dado, su corazón se convertía más y más es una roca. Perdió su color rosa, se volvió gris, duro y seco, como si no tuviese vida.
Corazón de Esponja, en cambio, era un ratón que siempre perdonaba y que tenía muchísimos amigos. Decía que en cada poro de esa hermosa esponjita que era su corazón, había un amor y sus poros eran muchos realmente.
Como era muy bueno, pensó en que algo debía hacer por Corazón de Piedra. No se resignaba a que el corazón de este ratón siguiera endureciéndose más y más cada día.
Ideó un plan. Debía hacer que Corazón de Piedra entendiese realmente el valor del perdón.
Llamó a todos aquellos ratoncitos a quienes nuestro amigo no había perdonado. Eran muchos por cierto. Les pidió su ayuda para solucionar el problema de Corazón de Piedra y como por suerte, ninguno era rencoroso, todos aceptaron ayudar. Faltaba muy pocos días para el cumpleaños de nuestro amigo, ésa sería una oportunidad ideal llevar a cabo su plan.
El mismo día del cumpleaños, reunió a todos los ratones que no habían sido perdonados en la plaza de la ciudad que tenía forma de corazón, como podrán imaginarse.
A cada uno le puso un sombrerito de cumpleaños y un globito atado en la colita y les pidió que no trajeran regalo alguno.
Cuando estuvieron todos reunidos, fue a buscar a Corazón de Piedra. Primero le dijo “Feliz Cumpleaños” y luego le tapó los ojos, pidiéndole que lo acompañara a la plaza.
Cuando llegaron, Corazón de Esponja con una seña les indicó que todos juntos cantaran el feliz cumpleaños, cosa que así hicieron. Al terminar la canción, destapó los ojos de su amigo.
Corazón de Piedra no podía creer lo que veía, Todos aquellos ratones a los que él había dado la espalda y les había cerrado su corazón estaban allí agitando globitos con sus colitas y cantándole el feliz cumpleaños. Se sintió realmente conmovido. Pero eso no era todo.
– Todos ellos tienen un regalo especial para darte- Dijo Corazón de Esponja.
– Un … regalo… no …. No …. Hace falta- Contestó un poco avergonzado Corazón de Piedra.
– Sí que hace falta y mucha. A ver ahora todos juntos y en forma clara ¿qué tienen para darle al cumpleañero? Preguntó el noble ratón.
- Nuestro perdón – Dijeron todos.
- Creo que no entiendo – comentó confundido Corazón de Piedra.
- Es evidente que no entendés. En distintas oportunidades no perdonaste a cada uno de estos ratoncitos. Les cerraste las puertas de tu corazón y los alejaste de tu vida. Ninguno de ellos, por más que quisiera, pudo volver a ser tu amigo. Dijo muy firme Corazón de Esponja. Luego continúo.
– Espero hayas aprendido con la soledad de todos estos años, que el perdón nos acerca al otro, nos une y nos hace más buenos. Perdonar a un amigo ablanda nuestro corazón, le da energías, lo hace brillar más.
Corazón de Piedra escuchaba atento y con la cabeza baja. Su amigo siguió hablándole.
– Son ellos los que ahora tienen que perdonarte y como te quieren y desean tener corazones rosas y mulliditos lo hacen justamente desde lo más profundo de su corazón.
Parecía raro, él que jamás había perdonado, ahora deseaba con toda el alma ser perdonado por los demás.
Ahora sí que Corazón de Piedra había entendido Agradecido y emocionado aceptó el regalo de sus amigos: el perdón.
El ratoncito jamás olvidaría ese cumpleaños. Había recibido el mejor de los regalos pues también se perdonó a si mismo. Así, dándose una nueva oportunidad, volvió a tener muchos amigos, aprendió a ser feliz y su corazón de a poquito fue cambiando de color, de textura y de forma.
Con el tiempo nadie recordaría su viejo nombre, ahora todos los llamaban Corazón Algodón de Azúcar. El nombre era largo pero a él no le importaba, lucía muy orgulloso un corazón rosa, grande, blandito y muy dulce.

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La esperanza de un sueño


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Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol.

Muy cerca del camino se encontraba un chapulín. -Hacía dónde te diriges?, le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó: -Tuve un sueño, anoche soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el chapulín dijo mientras su amigo se alejaba: -Debes estar loco!, Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? -Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.

De pronto se oyó la voz de un escarabajo: -Hacía dónde te diriges con tanto empeño?

Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: -Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo.

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.

El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. No lo lograrás jamás! -le dijeron-, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. -Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.

De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.

Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: Una mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría. Se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremós.

El éxito de la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.

viernes, 5 de junio de 2009